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La difunta Jeannine Chartier fue durante toda su vida una defensora de la visibilidad, los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad. Durante más de tres décadas, trabajó incansablemente para que las personas con discapacidad tuvieran voz en la comunidad artística y cultural de Rhode Island.

El trabajo de Jeannine en el mundo de las artes surgió de su historia personal. Nació en Pawtucket, hija de una tercera generación de inmigrantes francocanadienses de clase trabajadora. En 1953, a los tres meses de edad, contrajo la polio. Junto con cientos de miles de personas en todo el país, tuvo que enfrentarse a una infancia de intervenciones médicas para "curarla" y hacerla "normal" Después de varios años, sus padres confiaron en el espíritu intrépido de Jeannine y la dejaron encontrar su propio camino a su manera.

Y lo hizo a través de las artes visuales y escénicas. La chispa que surgió en todas aquellas camas de hospital y clínicas se encendió gracias a los programas infantiles y las clases de teatro para jóvenes del Trinity Repertory, la Filarmónica de RI y el Museo RISD. Su íntima amiga desde hace 30 años, Rosemary Burns, cuenta que "Jeannine descubrió cómo navegar, cómo aprender, cómo comunicarse"

Supuso que otras personas discapacitadas recibirían el mismo impacto de las artes. Gloria-Jean Masciarotte, otra amiga íntima y colega -profesora y conferenciante tanto en el Providence College como en el RISD- dice que Jeannine resolvió "engrasar las bisagras, proporcionar las llaves y sacudir los pomos de las puertas para abrirlas a los demás"

Jeannine se convirtió en diseñadora de vestuario para Trinity y teatro alternativo, en modelo de catálogo de discapacitados que rompen barreras, en participante habitual en danza y espectáculos alternativos y, con los años, en asesora para el cumplimiento de la ADA.

En 1986, Jeannine se convirtió en directora ejecutiva de la rama de Rhode Island del programa federal Very Special Arts (VSA) del Kennedy Center. Trabajó incansablemente para crear programas artísticos participativos para discapacitados. Cuando el Congreso desfinanció el programa federal, Jeannine, impávida, puso en marcha su propio programa estatal, Arts Equity, rebautizado y reorientado.

El Fondo Jeannine Chartier de la Fundación Rhode Island se ha creado para continuar su labor de abrir puertas, crear espacios e invitar a todos a la expresión artística. El fondo apoyará a organizaciones que demuestren un claro compromiso con los artistas discapacitados.

Jeannine sabía que el acceso a las artes tiene el potencial de ampliar el mundo de cada uno, que los discapacitados pueden sentir una chispa cuando se les presenta una vía para crear arte.

"Les encanta, tienen hambre, quieren conectar", continúa Rosemary. "Cantar, dibujar, actuar son actos naturales de humanidad y, para muchos, hacerlo es necesario para encontrar su propio lugar en el mundo.

"Ella ha influido en miles de vidas, asegurándose de que fueran vistas, de que pertenecieran al mundo. Es a través del espíritu de Jeannine -y a través de este Fondo- que este trabajo debe continuar y continuará"