Esta extraordinaria pareja hizo cosas maravillosas por muchas personas a lo largo de su vida y, a través de la Fundación June Rockwell Levy, seguirá haciéndolo a perpetuidad.

Austin T. Levy nació en Nueva York el 16 de diciembre de 1880. Su padre murió cuando él tenía cuatro años y su madre cuando tenía once. Vivió entonces con su tía y su hermana.

Se graduó en la Grammar School 69 y asistió durante un año al City College de Nueva York. Su primer trabajo, a los 16 años, fue de oficinista en una empresa importadora de lino. Esa fue su introducción al negocio textil. Más tarde se convirtió en comisionista de lana, y a los 29 años arrendó una fábrica en Greenville, RI, a la que llamó Stillwater Worsted Mills. En tres años necesitó un complejo más grande, así que alquiló otra fábrica en Burrillville, RI. Nueve años más tarde compró la fábrica.

Debido a sus humildes comienzos, siempre tuvo un gran respeto por sus empleados. Como propietario, ideó nuevas escalas salariales, modificó la iluminación y el espaciado de las máquinas e introdujo otras mejoras en el lugar de trabajo. En 1916 contrató a una enfermera industrial a tiempo completo, una de las primeras de Rhode Island.

Levy fue uno de los primeros empresarios en ofrecer a sus empleados participación en los beneficios. También fue uno de los primeros en ofrecer vacaciones pagadas: cuatro semanas de paga por dos semanas de vacaciones. "Cuando estás de vacaciones necesitas más dinero", afirma.

En esa época conoció a June Rockwell. Se convirtieron en amigos entrañables que compartían su amor por la música y las artes. El noviazgo fue largo. Le propuso matrimonio nueve años después.

En 1918 mandó construir 22 casas de siete habitaciones para sus empleados. Los alquileres se basaban en la capacidad de pago de cada uno, no en el coste de la construcción. En 1924 inauguró un plan voluntario de opciones sobre acciones. Muchos participaron en el programa. Sus fábricas estaban tan bien gestionadas y su producción era de tan alta calidad que pudo mantenerlas en funcionamiento 48 semanas al año, incluso durante la Gran Depresión.

En 1933, cuando la Depresión estaba en su peor momento, se emprendió el Proyecto de Edificios Municipales de Burrillville. Estos edificios fueron regalos de June y Austin Levy a la ciudad de Burrillville. Los edificios consistían en el Ayuntamiento de Burrillville, la Asamblea (un encantador centro de artes escénicas completamente moderno), el Tribunal del Noveno Distrito del Estado de Rhode Island, la Biblioteca Jesse M. Smith Memorial, la Primera Iglesia Universalista, el Salón de la Legión Americana y el Instituto de Burrillville. El Bridgeway del pueblo de Pascoag también fue un regalo para la ciudad. Más tarde, en la década de 1950, construyeron y donaron las oficinas de correos de Harrisville y Pascoag al gobierno de los Estados Unidos. Fue un acto que requirió una legislación especial del Congreso.

Para ayudar a mantener las propiedades, crearon una dotación de 50.000 dólares. Uno de sus regalos más apreciados a la ciudad fue una moderna pista de hockey sobre hielo, y los equipos de hockey del instituto de Burrillville se encuentran entre los mejores del estado.

El Sr. Levy fue un prolífico escritor y conferenciante sobre temas económicos, en gran parte relacionados con las relaciones industriales y los salarios. Escribió y publicó numerosos panfletos. Creía firmemente que el país prosperaría si se pagasen salarios justos acompañados de jornadas laborales más cortas. En junio de 1937 fue invitado a testificar en las audiencias del Senado de Estados Unidos.

El Sr. Levy era un hombre gentil y amable que amaba a sus conciudadanos. Murió el 14 de noviembre de 1951, a la edad de 70 años. Hombre verdaderamente humilde, ningún edificio industrial que erigió, ni ningún bello edificio que él y su esposa donaron para uso público, llevó el nombre de Levy durante su vida. Consideraban que el servicio era su propia recompensa.

June Rockwell Levy poseía un gran caudal de energía, incluso cuando padeció graves enfermedades durante los últimos 20 años de su vida. A lo largo de su vida, su generosidad llegó a casi todos los rincones de Rhode Island.

Nació el 14 de junio de 1886 en Brooklyn, Nueva York. Su familia se trasladó a Bristol, RI, en 1891. Estudió en el Rosemary Hall de Greenwich (Connecticut), en el Lincoln School de Providence y en un colegio privado de París. Tomó cursos en la Escuela de Diseño de Rhode Island y fue una artista aficionada consumada, que a menudo utilizaba sus dibujos originales para tarjetas de Navidad.

Aunque su salud le impidió obtener un título universitario, la Sra. Levy fue citada en la Convocatoria de la Universidad Brown de 1959, y recibió el título honorario de Doctora en Derecho por la Universidad de Rhode Island en 1967.

Viajera por todo el mundo, la Sra. Levy encontró tiempo para ser miembro del consejo de administración de la Lincoln School, presidenta de la junta de damas del Providence Art Club y presidenta del Providence Garden Club, que le rindió homenaje por su medio siglo de afiliación.

Una de sus asociaciones más queridas fue la Asociación de Enfermería del Distrito de Burrillville-Glocester y su sucesora, Northwest Community Health Care, de la que fue presidenta durante 51 mandatos consecutivos.

Prácticamente todos los hospitales, colegios y universidades de Rhode Island se han beneficiado de las donaciones de la Fundación June Rockwell Levy, creada en su honor por su marido en 1947. Gracias a su generosidad se concedieron becas en la Universidad de Rhode Island y Brandeis.

En 1963 recibió la "Orden del Imperio Británico" de manos de la Reina Isabel II en reconocimiento a sus contribuciones y las de su difunto marido al bienestar y la economía de Bahamas, incluido el "Centro Médico y de Salud Levy".

La Sra. Levy falleció el 8 de agosto de 1971 a la edad de 85 años. El funeral fue privado: fue enterrada junto a su marido bajo una lápida de granito en la parte trasera del Assembly, el centro de artes escénicas de Harrisville que el matrimonio había regalado a la ciudad.

Durante una conversación con un periodista del Woonsocket Call sobre su vida y su obra benéfica, señaló: "Mi mayor afición era la misma que la de mi marido: la gente"

Austin T. Levy y June Rockwell Levy, verdaderos amantes de sus conciudadanos.