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Más limpia que en 150 años, la bahía de Narrangansett no se salva a sí misma
Su nombre es su misión. Proteger la salud y el futuro de la bahía de Narragansett y su cuenca ha sido el objetivo de Save the Bay durante los últimos 50 años.
Fundada por ciudadanos preocupados en 1970, la organización se centró inicialmente en detener los proyectos de refinerías de petróleo en Jamestown y Tiverton. A lo largo de las décadas, el objetivo ha evolucionado y se ha ampliado: a la contaminación industrial en los años 80, a la restauración de hábitats en los 90 y a una mayor inversión en educación en la década de 2000.
"Cualquier organización que lleve 50 años funcionando necesita adaptarse y cambiar. Lo que empezó como un minúsculo grupo de defensa es ahora una organización que tiene -y se ha ganado- un sitio en la mesa donde se debaten las cuestiones medioambientales."
- Jonathan Stone, director ejecutivo de Save The Bay
Jonathan atribuye a cada uno de los tres directores ejecutivos que le precedieron el mérito de haber contribuido a convertir la organización en la potencia medioambiental que es hoy. "Jon Scanlon lo empezó todo. Fue el instigador creativo. Trudy Coxe fue la incendiaria, la agitadora. Y Curt Spaulding transformó la organización en una institución con capacidad perdurable", opina Jonathan. Tanto Trudy como Curt son ahora miembros del patronato de Save The Bay.
¿Y el legado de Jonathan? Sonriendo, dice que bajo su liderazgo, "el barco no se hundió" Explica que poco después de tomar las riendas como director ejecutivo en 2009, se agotaron importantes fondos federales de los que Save The Bay dependía en gran medida. "Necesitábamos reducir costes, aumentar los ingresos de los programas e incrementar la filantropía. La Fundación Rhode Island desempeñó un papel realmente decisivo en nuestra evolución", afirma Jonathan.
Las subvenciones de la Fundación fueron fundamentales, y también destaca el valor de los talleres de capacitación de la Fundación a los que asistieron tanto él como el personal y los miembros del consejo. "Nunca hemos tenido tanto impacto. Hemos dedicado mucho tiempo a la ejecución. Contamos con un grupo increíble de personas que nos ayudan: un patronato muy comprometido con nuestro trabajo y un personal de lo más profesional, capaz y compasivo", afirma Jonathan.
El apoyo de la Fundación a Save The Bay se remonta a los primeros días del grupo ecologista. Los registros muestran que la Fundación concedió una "modesta subvención" de 1.000 dólares en 1972 para apoyo general. En la actualidad, Save The Bay se encuentra en el segundo año de una subvención plurianual para sus iniciativas de defensa, educación y divulgación. "La financiación de la Rhode Island Foundation nos permite mantener la capacidad de nuestro personal y responder a situaciones difíciles de predecir", añade Jonathan.
A menudo nos preguntan: "¿Hemos terminado? ¿Está la bahía lo bastante limpia? Hay tres grandes cosas que deben preocuparnos. La primera es el cambio climático y su efecto en la subida del nivel del mar y el calentamiento de las aguas. El segundo es que nuestros bosques están siendo sustituidos por suburbios. Tenemos que hacer cambios inteligentes en el uso del suelo y el desarrollo inmobiliario. Y, por último, necesitamos que se cumplan las leyes medioambientales vigentes y que se cree una corriente de financiación recurrente para la adaptación al clima."
"Los problemas medioambientales pueden parecer abrumadores, pero hay cosas que podemos hacer. Es cuestión de si lo convertimos en una prioridad. En Save The Bay nos preguntamos '¿Qué podemos hacer? Hay mucho que podemos hacer, y soy muy optimista. Hay grandes posibilidades de influir", concluye Jonathan.
De hecho, es lo que Save The Bay lleva haciendo 50 años.