Donantes cívicos

Michael B. Fondo Benéfico Dupré

"Ambos llevamos mucho tiempo apoyando a muchas organizaciones diferentes", dice Michael Dupré de él y su socio Donald Occaso. "Hacemos estos pequeños proyectos en todas partes, a veces fuera de los caminos trillados"

Ahora planean centrar su filantropía en el ámbito local. Michael fue chef privado durante 45 años, impartió clases de cocina para adultos en RISD, fue propietario y regentó una posada en Newport; Donald es dentista jubilado. Viven en Jamestown, donde apoyan proyectos comunitarios. Les gusta especialmente Out of the Box, un estudio y galería fundado por uno de los antiguos pacientes de Donald. Su principal objetivo es integrar a artistas con discapacidad mental en la comunidad creativa. Sobre una de sus recientes inauguraciones, Donald dice: "Fue increíble. Lugares como éste tienen un efecto multiplicador en la comunidad, un verdadero activo para la comunidad"

Ellos, junto con muchas otras personas, también apoyaron la restauración de la hermosa capilla románica de Belmont, del siglo XIX. Michael y Donald estaban fascinados con el proyecto. La capilla se construyó en 1886 y, con el tiempo, el edificio se había deteriorado gravemente. "Todo el mundo pensaba que era un derribo", dice Donald, pero se restauró todo, incluidas las magníficas vidrieras, y hoy se utiliza para actos culturales e históricos.

Sus intereses van más allá de las artes y la conservación histórica. Por ejemplo, la prevención del suicidio en el condado de Newport es otro tema que piensan apoyar.

"Mi filantropía empezó en los años ochenta con la Fundación Pide un Deseo: qué manera tan maravillosa de alegrar a los niños, de cambiar la vida de alguien", dice Michael. "De eso se trata: queremos llevar alegría a todo el mundo, en el Centro de Mayores, en el Centro Comunitario" Donald añade: "Para nosotros, todo es comunidad, porque eso es lo que hace que la vida sea divertida. Es un antídoto contra la depresión, tanto para los jóvenes como para los mayores que se enfrentan a la soledad"

"A medida que nos hacemos mayores y pensamos en nuestra propia desaparición", dice Michael, "nos gustaría tenerlo todo organizado en un solo lugar, con directrices y un sentido de la concentración. Sabemos que la Fundación es un gran recurso para cosas que la gente necesita."

"Me enseñaron que uno se siente bien cuando da, incluso más que cuando recibe. Puede ser la cosa más pequeña la que marque la diferencia", confirma Donald.